Para conseguir
un orden es necesario una secuencia de actividades para llegar al aprendizaje
de los alumnos, para ello hay que tener en cuenta su motivación, conseguir que
trabaje un nuevo tema investigando y realizando tareas relacionadas, comprobar
lo aprendido y ayudarle a reflexionar sobre su propio progreso. Pero esto no se
consigue de cualquier manera, para conseguirlo es necesaria una buena
planificación previa. ¡Ojo! También hay que tener especial cuidado a la hora de
pasar de una actividad a otra, para que no resulte brusco en los alumnos.
Para el buen
funcionamiento de las actividades hay que constituir unas reglas. Durante los
primeros días de clase, es importante clarificar como se van a llevar a cabo
las actividades durante todo el curso para que se establezca una rutina, pero
no una rutina cualquiera, una rutina utilizada como medio para centrar la
atención de los alumnos en un aprendizaje más complejo. Además la clase
necesita una organización de los alumnos, esta puede ser individual o conjunta.
Lo ideal es utilizar la forma más adecuada según la actividad que se vaya a
realizar en ese momento.
Los padres deben
estar implicados en el desarrollo de la enseñanza de sus hijos, aunque esto
resulta muy difícil en muchas ocasiones, ya porque los padres trabajan y no
tienen mucho tiempo, ya porque no consideran que esa sea tarea suya, sino de la
escuela.
El tiempo de
aprendizaje activo es el que se dedica a una actividad, pero no todo el tiempo
que se dedica a una actividad es tiempo real de aprendizaje. El tiempo que se
dedica en buscar los materiales
adecuados, preguntar, hablar con el compañero, sacar punta a los lápices… no
pertenece al aprendizaje activo. El aprendizaje activo está muy relacionado con
la motivación y la concentración, siendo dos factores que hay que tener en
cuenta.
Uno de los
caminos para conseguir un máximo tiempo de aprendizaje activo es asegurarse de
que no se pierde mucho tiempo en la transición entre actividades. Para ello la
transición debe ser corta y suave. Un profesor que dirige la clase
efectivamente consigue que el cambio de una tarea a otra tenga una pérdida de
tiempo de aprendizaje activo menor. Una de las formas para conseguirlo puede
ser estableciendo unas simples reglas que indiquen los movimientos de los
alumnos entre tareas, otra es asignar alumnos específicos para repartir los
materiales de las distintas tareas. Para ello debe haber una planificación por
parte del profesor y conseguir una rutina.
Los registros
son donde aparecen reflejadas las actividades u obligaciones que tiene cada
alumno en la clase durante un período de tiempo, siendo de carácter rotativo y
es muy conveniente que sea planificado por los propios alumnos.
Debe
existir una coherencia en la organización de la clase. Dependiendo del modelo
de aprendizaje que un profesor quiera emplear, así debe adecuar el mobiliario
de la clase. La rutina y organización del espacio debe concordar con los
objetivos de enseñanza previstos. Los sistemas de organización pueden cambiar
dependiendo del tipo de actividad a realizar.
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