martes, 29 de mayo de 2012

2. Organización y estructura de clase.



¿Creéis que juntos podremos conseguir una buena organización de esta clase? Parece que va a ser un poco difícil pero ¿Lo intentamos? Antes de empezar hay que saber que la creación de un clima adecuado es fundamental para el aprendizaje. Que una clase activa no significa que no tenga organización. Y que la calidad del aprendizaje depende fundamentalmente de los preparativos realizados, así como la planificación y preparación de los materiales y actividades que se van a utilizar.

Para conseguir un orden es necesario una secuencia de actividades para llegar al aprendizaje de los alumnos, para ello hay que tener en cuenta su motivación, conseguir que trabaje un nuevo tema investigando y realizando tareas relacionadas, comprobar lo aprendido y ayudarle a reflexionar sobre su propio progreso. Pero esto no se consigue de cualquier manera, para conseguirlo es necesaria una buena planificación previa. ¡Ojo! También hay que tener especial cuidado a la hora de pasar de una actividad a otra, para que no resulte brusco en los alumnos.
Para el buen funcionamiento de las actividades hay que constituir unas reglas. Durante los primeros días de clase, es importante clarificar como se van a llevar a cabo las actividades durante todo el curso para que se establezca una rutina, pero no una rutina cualquiera, una rutina utilizada como medio para centrar la atención de los alumnos en un aprendizaje más complejo. Además la clase necesita una organización de los alumnos, esta puede ser individual o conjunta. Lo ideal es utilizar la forma más adecuada según la actividad que se vaya a realizar en ese momento.

Los padres deben estar implicados en el desarrollo de la enseñanza de sus hijos, aunque esto resulta muy difícil en muchas ocasiones, ya porque los padres trabajan y no tienen mucho tiempo, ya porque no consideran que esa sea tarea suya, sino de la escuela.
El tiempo de aprendizaje activo es el que se dedica a una actividad, pero no todo el tiempo que se dedica a una actividad es tiempo real de aprendizaje. El tiempo que se dedica en buscar  los materiales adecuados, preguntar, hablar con el compañero, sacar punta a los lápices… no pertenece al aprendizaje activo. El aprendizaje activo está muy relacionado con la motivación y la concentración, siendo dos factores que hay que tener en cuenta.

 
Uno de los caminos para conseguir un máximo tiempo de aprendizaje activo es asegurarse de que no se pierde mucho tiempo en la transición entre actividades. Para ello la transición debe ser corta y suave. Un profesor que dirige la clase efectivamente consigue que el cambio de una tarea a otra tenga una pérdida de tiempo de aprendizaje activo menor. Una de las formas para conseguirlo puede ser estableciendo unas simples reglas que indiquen los movimientos de los alumnos entre tareas, otra es asignar alumnos específicos para repartir los materiales de las distintas tareas. Para ello debe haber una planificación por parte del profesor y conseguir una rutina.

Los registros son donde aparecen reflejadas las actividades u obligaciones que tiene cada alumno en la clase durante un período de tiempo, siendo de carácter rotativo y es muy conveniente que sea planificado por los propios alumnos.

Debe existir una coherencia en la organización de la clase. Dependiendo del modelo de aprendizaje que un profesor quiera emplear, así debe adecuar el mobiliario de la clase. La rutina y organización del espacio debe concordar con los objetivos de enseñanza previstos. Los sistemas de organización pueden cambiar dependiendo del tipo de actividad a realizar.


                                                                                                                                                                     



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